04/04/2011 - Sheila López/El Progreso (Lugo) Un grupo de empresas lucenses consiguieron conquistar en los últimos años los paladares de los japoneses con sus productos gastronómicos de alta calidad. Carne, castañas, vinos, pescado o quesos elaborados en la provincia consolidaban su presencia en los mercados y restaurantes nipones hasta que el terremoto, y el posterior tsunami, azotaron el país el pasado once de marzo. Los responsables de los negocios exportadores luchan por mantener esas relaciones comerciales. Estas son algunas experiencias. Jesús Quintá, gerente de Alibós Hace doce años que la empresa monterrosina Alibós consiguió colocar en el mercado japonés sus castañas congeladas. Desde la fábrica envían cada año entre 40 y 100 toneladas del producto a distribuidores de Tokio y Osaka. «As castañas son alí moi aprezadas», asegura el gerente de Alibós, Jesús Quintá, «por iso confiamos en que a situación que vive o país non corte as relacións». El último contenedor lo enviaron en febrero y aguardan más pedidos «hacia o verán», como era habitual. La castaña es un producto estrella en el país nipón, donde la producción anual —en torno a 3.000 toneladas— no alcanza a cubrir la demanda de 80.000. Y es que, como explica Jesús, «veneran este froito e utilízano tanto en pratos como en postres. Mesmo crearon un café con el». La mayor cantidad de castaña la importan de China y Corea pero «son variedades moi diferentes á europea, catalogada como produto de alta calidade», reconoce Jesús, que tiene como principales competidores a empresas francesas e italianas. Considera que lo fundamental para acceder al mercado nipón es «ofrecer un bo produto e manter unha relación estreita cos distribuidores. Gústalles saber a quen compran e coñecer os métodos de fabricación». De hecho, empresarios japoneses visitan periódicamente las instalaciones monterrosinas para controlar el proceso de elaboración. Son, según el gerente, un mercado muy exigente a la vez que fiel. «Analizan todo pero, unha vez que apostan por ti, é moi raro que te cambien». Hace doce años que la empresa monterrosina Alibós consiguió colocar en el mercado japonés sus castañas congeladas. Desde la fábrica envían cada año entre 40 y 100 toneladas del producto a distribuidores de Tokio y Osaka. «As castañas son alí moi aprezadas», asegura el gerente de Alibós, Jesús Quintá, «por iso confiamos en que a situación que vive o país non corte as relacións». El último contenedor lo enviaron en febrero y aguardan más pedidos «hacia o verán», como era habitual. La castaña es un producto estrella en el país nipón, donde la producción anual —en torno a 3.000 toneladas— no alcanza a cubrir la demanda de 80.000. Y es que, como explica Jesús, «veneran este froito e utilízano tanto en pratos como en postres. Mesmo crearon un café con el». La mayor cantidad de castaña la importan de China y Corea pero «son variedades moi diferentes á europea, catalogada como produto de alta calidade», reconoce Jesús, que tiene como principales competidores a empresas francesas e italianas. Considera que lo fundamental para acceder al mercado nipón es «ofrecer un bo produto e manter unha relación estreita cos distribuidores. Gústalles saber a quen compran e coñecer os métodos de fabricación». De hecho, empresarios japoneses visitan periódicamente las instalaciones monterrosinas para controlar el proceso de elaboración. Son, según el gerente, un mercado muy exigente a la vez que fiel. «Analizan todo pero, unha vez que apostan por ti, é moi raro que te cambien». Hace doce años que la empresa monterrosina Alibós consiguió colocar en el mercado japonés sus castañas congeladas. Desde la fábrica envían cada año entre 40 y 100 toneladas del producto a distribuidores de Tokio y Osaka. «As castañas son alí moi aprezadas», asegura el gerente de Alibós, Jesús Quintá, «por iso confiamos en que a situación que vive o país non corte as relacións». El último contenedor lo enviaron en febrero y aguardan más pedidos «hacia o verán», como era habitual. La castaña es un producto estrella en el país nipón, donde la producción anual —en torno a 3.000 toneladas— no alcanza a cubrir la demanda de 80.000. Y es que, como explica Jesús, «veneran este froito e utilízano tanto en pratos como en postres. Mesmo crearon un café con el». La mayor cantidad de castaña la importan de China y Corea pero «son variedades moi diferentes á europea, catalogada como produto de alta calidade», reconoce Jesús, que tiene como principales competidores a empresas francesas e italianas. Considera que lo fundamental para acceder al mercado nipón es «ofrecer un bo produto e manter unha relación estreita cos distribuidores. Gústalles saber a quen compran e coñecer os métodos de fabricación». De hecho, empresarios japoneses visitan periódicamente las instalaciones monterrosinas para controlar el proceso de elaboración. Son, según el gerente, un mercado muy exigente a la vez que fiel. «Analizan todo pero, unha vez que apostan por ti, é moi raro que te cambien». Maikel Fernández, gerente de Queixería Prestes
Los quesos de la denominación de origen San Simón da Costa llevan menos tiempo en el mercado japonés, pero su presencia se está consolidando. Al menos lo hacía hasta el desastre natural que asoló el país y que obligó ya a realizar algunos cambios en las relaciones comerciales con el extranjero. «O Consello Regulador estaba convidado este mes a unha importante feira gastronómica no Xapón, pero houbo que suspender a cita», explica el gerente de Queixería Prestes, Maikel Fernández. Desde hace un lustro, su quesería envía una media de 30 unidades de quesos San Simón al mes a una empresa nipona que sirve a algunos de los principales restaurantes del país. «Os nosos queixos xa se ofrecen nalgún restaurante nipón de sete estrelas. É un orgullo», reconoce. Allí son un producto gourmet. De hecho, «os queixos saen de aquí a dez dólares a unidade, e alí véndenos por 45». Maikel confía en aumentar las exportaciones a Japón sigan creciendo «porque costounos moito acceder e é unha excelente oportunidade de negocio». Si bien, sabe que es un momento difícil y que se trata de un mercado estricto. «Esixen calidade e unha boa presentación. Con frecuencia veñen a controlar a elaboración do produto», explica. El control es tal que «estránanse ante calquera variación na intensidade da cor ou na textura do queixo». Asegura también que el nipón es un mercado metódico y lento a la hora de tomar decisiones. «Desde que te coñecen ata que se deciden a adquirir o teu produto, poden pasar tres ou catro anos». Los quesos de la denominación de origen San Simón da Costa llevan menos tiempo en el mercado japonés, pero su presencia se está consolidando. Al menos lo hacía hasta el desastre natural que asoló el país y que obligó ya a realizar algunos cambios en las relaciones comerciales con el extranjero. «O Consello Regulador estaba convidado este mes a unha importante feira gastronómica no Xapón, pero houbo que suspender a cita», explica el gerente de Queixería Prestes, Maikel Fernández. Desde hace un lustro, su quesería envía una media de 30 unidades de quesos San Simón al mes a una empresa nipona que sirve a algunos de los principales restaurantes del país. «Os nosos queixos xa se ofrecen nalgún restaurante nipón de sete estrelas. É un orgullo», reconoce. Allí son un producto gourmet. De hecho, «os queixos saen de aquí a dez dólares a unidade, e alí véndenos por 45». Maikel confía en aumentar las exportaciones a Japón sigan creciendo «porque costounos moito acceder e é unha excelente oportunidade de negocio». Si bien, sabe que es un momento difícil y que se trata de un mercado estricto. «Esixen calidade e unha boa presentación. Con frecuencia veñen a controlar a elaboración do produto», explica. El control es tal que «estránanse ante calquera variación na intensidade da cor ou na textura do queixo». Asegura también que el nipón es un mercado metódico y lento a la hora de tomar decisiones. «Desde que te coñecen ata que se deciden a adquirir o teu produto, poden pasar tres ou catro anos». Los quesos de la denominación de origen San Simón da Costa llevan menos tiempo en el mercado japonés, pero su presencia se está consolidando. Al menos lo hacía hasta el desastre natural que asoló el país y que obligó ya a realizar algunos cambios en las relaciones comerciales con el extranjero. «O Consello Regulador estaba convidado este mes a unha importante feira gastronómica no Xapón, pero houbo que suspender a cita», explica el gerente de Queixería Prestes, Maikel Fernández. Desde hace un lustro, su quesería envía una media de 30 unidades de quesos San Simón al mes a una empresa nipona que sirve a algunos de los principales restaurantes del país. «Os nosos queixos xa se ofrecen nalgún restaurante nipón de sete estrelas. É un orgullo», reconoce. Allí son un producto gourmet. De hecho, «os queixos saen de aquí a dez dólares a unidade, e alí véndenos por 45». Maikel confía en aumentar las exportaciones a Japón sigan creciendo «porque costounos moito acceder e é unha excelente oportunidade de negocio». Si bien, sabe que es un momento difícil y que se trata de un mercado estricto. «Esixen calidade e unha boa presentación. Con frecuencia veñen a controlar a elaboración do produto», explica. El control es tal que «estránanse ante calquera variación na intensidade da cor ou na textura do queixo». Asegura también que el nipón es un mercado metódico y lento a la hora de tomar decisiones. «Desde que te coñecen ata que se deciden a adquirir o teu produto, poden pasar tres ou catro anos». Pedro Rodríguez, bodegueiro de Sober
Los vinos elaborados en la bodega Pedro Rodríguez Pérez de Sober, bajo la denominación de origen Ribeira Sacra, lograron conquistar los paladares japoneses hace justo ahora dos años. En 2008 un grupo de importadores nipones mostraron su interés por los caldos de la zona, pero no fue hasta un año después cuando Pedro accedió al mercado nipón. Todo empezó con la visita de un empresario japonés a su bodega para conocer el producto «de primeira man». Tras un tiempo de reflexión pedido por el importador, el bodeguero viajó a Tokio y volvió con un acuerdo comercial bajo el brazo. Desde entonces remite partidas periódicas al intermediario, que las revende a restaurantes y establecimientos de Tokio. «É moi satisfactorio entrar nunha cultura tan esixente e preparada, onde triunfan os produtos de alta gama», asegura. El nivel de exigencia se refleja en las visitas que los compradores hacen a la bodega para probar los caldos de la temporada. «As reservas fanas en función da calidade que aprecian. Adoitan facer un pedido ó ano, coa cantidade que estiman que van precisar». Reconoce, no obstante, que es «un mercado leal e comprometido». De hecho, sólo cuatro días después del terremoto, los intermediarios confirmaron a Pedro un nuevo pedido: más de un centenar de cajas de vino que esta semana salieron hacia el país nipón. «Valoran que son viños frescos, afroitados e fáciles de combinar con calquera alimento», dice. Este último pedido demuestra que los japoneses tienen «un carácter especial». Así lo considera Pedro tras comprobar como «despois do desastre contactamos co comprador para interesarnos polo seu estado. Logo de contarnos que estaba ben, puxo a nota de humor dicindo que confirmaba o pedido de viños que tiñamos pendente xa que, co terremoto, rompéranse moitas botellas. É incrible». Los vinos elaborados en la bodega Pedro Rodríguez Pérez de Sober, bajo la denominación de origen Ribeira Sacra, lograron conquistar los paladares japoneses hace justo ahora dos años. En 2008 un grupo de importadores nipones mostraron su interés por los caldos de la zona, pero no fue hasta un año después cuando Pedro accedió al mercado nipón. Todo empezó con la visita de un empresario japonés a su bodega para conocer el producto «de primeira man». Tras un tiempo de reflexión pedido por el importador, el bodeguero viajó a Tokio y volvió con un acuerdo comercial bajo el brazo. Desde entonces remite partidas periódicas al intermediario, que las revende a restaurantes y establecimientos de Tokio. «É moi satisfactorio entrar nunha cultura tan esixente e preparada, onde triunfan os produtos de alta gama», asegura. El nivel de exigencia se refleja en las visitas que los compradores hacen a la bodega para probar los caldos de la temporada. «As reservas fanas en función da calidade que aprecian. Adoitan facer un pedido ó ano, coa cantidade que estiman que van precisar». Reconoce, no obstante, que es «un mercado leal e comprometido». De hecho, sólo cuatro días después del terremoto, los intermediarios confirmaron a Pedro un nuevo pedido: más de un centenar de cajas de vino que esta semana salieron hacia el país nipón. «Valoran que son viños frescos, afroitados e fáciles de combinar con calquera alimento», dice. Este último pedido demuestra que los japoneses tienen «un carácter especial». Así lo considera Pedro tras comprobar como «despois do desastre contactamos co comprador para interesarnos polo seu estado. Logo de contarnos que estaba ben, puxo a nota de humor dicindo que confirmaba o pedido de viños que tiñamos pendente xa que, co terremoto, rompéranse moitas botellas. É incrible». Los vinos elaborados en la bodega Pedro Rodríguez Pérez de Sober, bajo la denominación de origen Ribeira Sacra, lograron conquistar los paladares japoneses hace justo ahora dos años. En 2008 un grupo de importadores nipones mostraron su interés por los caldos de la zona, pero no fue hasta un año después cuando Pedro accedió al mercado nipón. Todo empezó con la visita de un empresario japonés a su bodega para conocer el producto «de primeira man». Tras un tiempo de reflexión pedido por el importador, el bodeguero viajó a Tokio y volvió con un acuerdo comercial bajo el brazo. Desde entonces remite partidas periódicas al intermediario, que las revende a restaurantes y establecimientos de Tokio. «É moi satisfactorio entrar nunha cultura tan esixente e preparada, onde triunfan os produtos de alta gama», asegura. El nivel de exigencia se refleja en las visitas que los compradores hacen a la bodega para probar los caldos de la temporada. «As reservas fanas en función da calidade que aprecian. Adoitan facer un pedido ó ano, coa cantidade que estiman que van precisar». Reconoce, no obstante, que es «un mercado leal e comprometido». De hecho, sólo cuatro días después del terremoto, los intermediarios confirmaron a Pedro un nuevo pedido: más de un centenar de cajas de vino que esta semana salieron hacia el país nipón. «Valoran que son viños frescos, afroitados e fáciles de combinar con calquera alimento», dice. Este último pedido demuestra que los japoneses tienen «un carácter especial». Así lo considera Pedro tras comprobar como «despois do desastre contactamos co comprador para interesarnos polo seu estado. Logo de contarnos que estaba ben, puxo a nota de humor dicindo que confirmaba o pedido de viños que tiñamos pendente xa que, co terremoto, rompéranse moitas botellas. É incrible». Conchi Blanco, jefa de Exportación-Pescados Rubén
La empresa con base en Nois (Foz) envía al mercado nipón contenedores de pescado congelado. «Piden, sobre todo, cabala. Pero xa se interesaron tamén polo polbo e o dentón». Conchi apuesta porque el mercado de pulpo se consolide. De hecho, Japón es el principal destino de gran parte de las capturas de la flota gallega que faena en Mauritania. «Sabemos que ó redor do 70% dese polbo é adquirido por empresas niponas. Hai unha gran demanda así que agardamos afianzarnos». Desde el terremoto y el tsunami se aprecia un aumento en las demandas a proveedores de pescado europeos. «Ante o perigo de que a auga dos mares próximos estean contaminadas, prefiren importar o peixe, un alimento básico e fundamental na súa dieta». La directora de exportaciones de Pescados Rubén es también consciente de la exigencia del mercado nipón. «Eles dinche como queren que traballes. Por exemplo, aínda que aquí adoitamos preparar caixas de seis quilos de pescado, eles ó mellor esixen que lles envíes os pedidos en caixas de tres quilos e co peixe colocado dun xeito preestablecido». La empresa con base en Nois (Foz) envía al mercado nipón contenedores de pescado congelado. «Piden, sobre todo, cabala. Pero xa se interesaron tamén polo polbo e o dentón». Conchi apuesta porque el mercado de pulpo se consolide. De hecho, Japón es el principal destino de gran parte de las capturas de la flota gallega que faena en Mauritania. «Sabemos que ó redor do 70% dese polbo é adquirido por empresas niponas. Hai unha gran demanda así que agardamos afianzarnos». Desde el terremoto y el tsunami se aprecia un aumento en las demandas a proveedores de pescado europeos. «Ante o perigo de que a auga dos mares próximos estean contaminadas, prefiren importar o peixe, un alimento básico e fundamental na súa dieta». La directora de exportaciones de Pescados Rubén es también consciente de la exigencia del mercado nipón. «Eles dinche como queren que traballes. Por exemplo, aínda que aquí adoitamos preparar caixas de seis quilos de pescado, eles ó mellor esixen que lles envíes os pedidos en caixas de tres quilos e co peixe colocado dun xeito preestablecido». La empresa con base en Nois (Foz) envía al mercado nipón contenedores de pescado congelado. «Piden, sobre todo, cabala. Pero xa se interesaron tamén polo polbo e o dentón». Conchi apuesta porque el mercado de pulpo se consolide. De hecho, Japón es el principal destino de gran parte de las capturas de la flota gallega que faena en Mauritania. «Sabemos que ó redor do 70% dese polbo é adquirido por empresas niponas. Hai unha gran demanda así que agardamos afianzarnos». Desde el terremoto y el tsunami se aprecia un aumento en las demandas a proveedores de pescado europeos. «Ante o perigo de que a auga dos mares próximos estean contaminadas, prefiren importar o peixe, un alimento básico e fundamental na súa dieta». La directora de exportaciones de Pescados Rubén es también consciente de la exigencia del mercado nipón. «Eles dinche como queren que traballes. Por exemplo, aínda que aquí adoitamos preparar caixas de seis quilos de pescado, eles ó mellor esixen que lles envíes os pedidos en caixas de tres quilos e co peixe colocado dun xeito preestablecido». José Antonio Carril, coordinador de Asoporcel La reciente entrada de carne de porco celta en Japón está, tras el terremoto del mes pasado, «parada e á espera de novas», como explica el coordinador general de Asoporcel, José Antonio Carril.
La asociación estableció contactos con un importador nipón en la Semana Verde de Silleda del año pasado. «Chamoulles a atención a salubridade da carne, froito de que criamos os porcos ó estilo do que se facía hai 500 anos, en pastos naturais e sen suministrarlles medicamentos ou calquera outro produto químico». Tras documentarse de la calidad del produto «pedindo todo tipo de información, dende fotos a informes técnicos», el empresario japonés hizo el primer pedido el pasado mes de noviembre. «Pediron 50 kilos de carne, sobre todo cinta de lombo, abanico, presa e secreto», recuerda José Antonio, «o que me extrañou é que insistiron en que non querían solomillo». El desastre natural en Japón frenó el incipiente negocio. No obstante, desde Asoporcel confían en que los tratos se retomen. «Agora buscarán máis que nunca produtos nutricionais e con todas as garantías sanitarias. Por iso agardamos que nos teñan en conta». Asoporcel comercializa cada año unas 200 toneladas de carne. «Non queremos desatender o mercado nacional, pero traballar cun país referente como Xapón é todo un premio ó noso traballo». La asociación estableció contactos con un importador nipón en la Semana Verde de Silleda del año pasado. «Chamoulles a atención a salubridade da carne, froito de que criamos os porcos ó estilo do que se facía hai 500 anos, en pastos naturais e sen suministrarlles medicamentos ou calquera outro produto químico». Tras documentarse de la calidad del produto «pedindo todo tipo de información, dende fotos a informes técnicos», el empresario japonés hizo el primer pedido el pasado mes de noviembre. «Pediron 50 kilos de carne, sobre todo cinta de lombo, abanico, presa e secreto», recuerda José Antonio, «o que me extrañou é que insistiron en que non querían solomillo». El desastre natural en Japón frenó el incipiente negocio. No obstante, desde Asoporcel confían en que los tratos se retomen. «Agora buscarán máis que nunca produtos nutricionais e con todas as garantías sanitarias. Por iso agardamos que nos teñan en conta». Asoporcel comercializa cada año unas 200 toneladas de carne. «Non queremos desatender o mercado nacional, pero traballar cun país referente como Xapón é todo un premio ó noso traballo». La asociación estableció contactos con un importador nipón en la Semana Verde de Silleda del año pasado. «Chamoulles a atención a salubridade da carne, froito de que criamos os porcos ó estilo do que se facía hai 500 anos, en pastos naturais e sen suministrarlles medicamentos ou calquera outro produto químico». Tras documentarse de la calidad del produto «pedindo todo tipo de información, dende fotos a informes técnicos», el empresario japonés hizo el primer pedido el pasado mes de noviembre. «Pediron 50 kilos de carne, sobre todo cinta de lombo, abanico, presa e secreto», recuerda José Antonio, «o que me extrañou é que insistiron en que non querían solomillo». El desastre natural en Japón frenó el incipiente negocio. No obstante, desde Asoporcel confían en que los tratos se retomen. «Agora buscarán máis que nunca produtos nutricionais e con todas as garantías sanitarias. Por iso agardamos que nos teñan en conta». Asoporcel comercializa cada año unas 200 toneladas de carne. «Non queremos desatender o mercado nacional, pero traballar cun país referente como Xapón é todo un premio ó noso traballo».
'Os xaponeses veneran a castaña. Úsana en pratos, postres e mesmo no café'
'Os restaurantes nipóns máis prestixiosos ofrecen queixos de San Simón'
'O importador xaponés visita cada ano a adega e reserva según a calidade'
''É un orgullo ter como clientes a uns excelentes consumidores de peixe''
A directora de exportaciones de Pescados Rubén, Conchi Blanco, confía en que las relaciones de la empresa con Japón también se mantengan. «Hai cinco anos viaxamos ó país nunha misión comercial a través da Cámara de Comercio e establecemos interesantes contactos. Son grandes consumidores de pescado e é un orgullo telos como clientes».
''As ventas a Xapón están paradas, pero agardo que valoren a nosa calidade'