Cama, cocina y hasta chimenea. Un carbonero que trabajaba en lo que hoy es el Parque Natural del Montseny hizo del castaño de Can Cuch su hogar durante las largas temporadas que pasaba en el bosque elaborando combustible vegetal. El tronco del árbol, que aún da cada otoño unos 200 kilos de castañas, tiene un perímetro de trece metros y en su interior -está hueco- el carbonero acondicionó su propia casa. El de Can Cuch es uno de los árboles singulares catalogados por Bosques sin Fronteras, una ONG que lucha para salvaguardar los ejemplares más emblemáticos del parque español. «Tenemos una gran riqueza forestal, pero no sabemos valorarla lo suficiente porque no nos han enseñado a hacerlo», dice Susana Domínguez, presidenta de Bosques sin Fronteras.
La organización empezó a recopilar datos sobre árboles singulares hace ya una década. Los inventarios del antiguo Icona y la información facilitada por forestalistas del Ministerio de Medio Ambiente les pusieron sobre la pista. El apoyo de Caja Madrid les permitió emprender una labor de reconocimiento sobre el terreno que se tradujo en tres publicaciones (dos entregas de 'Árboles, leyendas vivas' y una guía de campo) donde se daba cuenta de los ejemplares más valiosos. «Son unos 150 árboles que aparecen cada uno con su foto y su descripción», cuenta la responsable de Bosques sin Fronteras.
¿Pero qué es exactamente un árbol singular? La respuesta no es sencilla, ya que en la selección intervienen criterios que van desde la edad a las dimensiones pasando por el emplazamiento o incluso razones históricas. En la lista, por ejemplo, se incluye el Laurel de la Reina, sito en la localidad granadina de La Zubia, donde se dice que se escondió Isabel la Católica cuando era perseguida por los musulmanes durante la conquista de Granada.
Bosques sin Fronteras tiene catalogados hasta 3.500 árboles singulares. Se trata de los patriarcas del parque forestal español, compuesto por unos 12.000 millones de árboles que cubren el 28% del territorio. No llegamos al 82% de superficie arboladade Suecia, pero nos situamos en un porcentaje similar al de Francia (30%), Italia (29%) o Portugal (35%).
Las Naciones Unidas celebran hoy, primer día de primavera en el hemisferio norte y de otoño en el sur, el Día Mundial Forestal en un intento de llamar la atención sobre la importancia que tienen los bosques en el ciclo de la vida. Dado que la efeméride tiene lugar además durante el Año Internacional de los Bosques, hemos querido rendir un homenaje a los árboles que pueblan la península seleccionando diez de los ejemplares del listado de Bosques sin Fronteras. No son ni los más antiguos ni los más grandes, pero todos tienen alguna peculiaridad que los hace ser especialmente apreciados en sus comunidades.
Vitoria
Sequoiadendron giganteum
Secuoya de Vitoria
Las secuoyas están entre las especies más grandes y longevas. En la Sierra Nevada de California se ha llegado a localizar un ejemplar que tiene 3.625 años. En ese mismo estado es habitual toparse con parientes cercanos del árbol vitoriano, las secuoyas rojas, que sobrepasan los 100 metros. Originaria de América, fue introducida en Europa en 1843. El ejemplar de Vitoria fue plantado en 1860 por Juan Ibarrondo, que había adquirido el plantón en la Exposición Universal de Bruselas de 1858. Sus 40 metros de altura la convierten en una referencia para todos los vitorianos.
Valentín-Tineo (Asturias)
Quercus robur
Roble Valentín
Cuando Colón llegó a América este imponente roble era ya tres veces centenario y se erguía orgulloso entre la casa palacio y la capilla que había construido a su lado el patriarca de la familia leonesa Valentín, descendiente de un pontífice. Su proximidad a la capilla, en cuya trasera están enterrados descendientes de la saga, le permitió sobrevivir cuando los robles de su alrededor fueron vendidos para la construcción de una presa. La casa palacio se quemó y la capilla está semiderruida, pero el roble sigue echando hojas todas las primaveras.
Cercedilla (Madrid)
Pinus sylvestris
Pino de la cadena
Lo que hace singular a este árbol es su historia. Un veraneante descansaba a su sombra cuando alguien le comunicó el fallecimiento de su madre. Sumido en el dolor, el hombre se percató de que el árbol había sido marcado para su tala y pensó que podía hacer por el pino lo que no había podido hacer por su madre. Pagó para que no lo derribasen y lo rodeó con una cadena que incorporaba los años del nacimiento y la muerte de su madre. Los forestales agregan cada cierto tiempo un eslabón a la cadena para impedir que estrangule el tronco.
Istán (Málaga)
Castenea sativa
Castaño santo de Istán
Le llaman santo porque se dice que bajo sus ramas se ofició una misa de campaña antes de una de las batallas que tuvieron lugar tras la rebelión de los moriscos (1568). Es un ejemplar imponente ubicado en un hermoso alcornocal que tiene buena parte de sus raíces al descubierto, lo que le da aspecto de un animal de la época prehitórica.
Villamudria (Burgos)
Quercus pyrenaica
Roble Escarcio
Un auténtico coloso que crece en la Sierra de la Demanda desde hace al menos seis siglos. Los pastores han utilizado desde hace tiempo su tronco, casi hueco por completo, para refugiarse durante los meses de invierno.
Zarza Montánchez (Cáceres)
Quercus ilex
Encina La Terrona
Uno de los más venerables ejemplares de las encinas que conforman el singular paisaje de la dehesa extremeña. Se le calculan entre 800 y 900 años y aún es capaz de proporcionar enormes cantidades de leña y bellotas a sus propietarios. En los últimos años ha tenido que ser apuntalada.
Jávea (Valencia)
Olea europaea
Olivera milenaria
Aún andaban los árabes por tierras del Montgó cuando este imponente olivo vio la luz. Su tronco modelado por el tiempo -el árbol tiene entre 800 y 1.000 años- compite con ventaja con cualquier escultura salida de las manos humanas.
Cabezón de la Sal (Cantabria)
Taxus baccata
Tejo de Casar de Periedo
Longevos, resistentes y también tóxicos, en torno a los tejos surgió toda una cultura. El de Casar de Periedo es uno de los más veteranos -unos 450 años- y también uno de los más lucidos gracias a su descomunal tronco.
Calasparra (Murcia)
Ficus carica
Higuera de Calasparra
Casi treinta metros de copa rematan esta espectacular higuera a la que se le atribuyen entre 300 y 600 años y que probablemente vio la luz antes de que se empezase a cultivar el arroz que ha hecho famosa a Calasparra.
S. Millán de la Cogolla (La Rioja)
Sorbus aria
Mostajo del río Cárdenas
Los serbales o mostajos tienen por lo general más de arbustos que de árboles aunque este ejemplar de la Sierra de la Demanda, de entre 300 y 400 años, sobrepasa los diez metros de altura.