17/06/2014. Newsletter Indforma (F. Cesefor)
La avispilla del castaño es la plaga más peligrosa conocida en el mundo para el castaño. Su incidencia reduce la productividad de esta especie tan importante en la economía de las áreas rurales hasta en un 80%.
El pasado 23 de mayo tuvo lugar en Madrid una reunión extraordinaria de la Red Estatal del Castaño, un órgano que agrupa a los representantes del sector de la castañicultura de las regiones productoras de castaña más importantes de España.
La convocatoria de la reunión ha venido motivada por la reciente detección en la provincia de Málaga del Dryocosmus kuriphilus, más conocido como la avispilla del castaño. Esta detección confirma la importante extensión de la plaga por diferentes zonas del territorio nacional y la necesidad urgente de establecer medidas que minimicen su rápida propagación y el control inmediato de esta especie invasora, originaria de China pero que lleva presente en Europa desde 2002, año en que fue detectado por primera vez en Italia.
La necesidad de ejecutar un programa de control biológico
La Red Estatal del Castaño, en acuerdo tomado solicitará al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente la puesta en marcha de medidas que contemplen entre otras una estrategia de erradicación y control de esta especie invasora de forma coordinada con las diferentes comunidades autónomas, así como la ejecución de medidas efectivas para ello, incluida la ejecución de un programa de control biológico, único método que se ha revelado eficaz hasta la fecha para el control de este insecto.
Los representantes del sector expusieron que la extensión de la plaga ha avanzado rápidamente desde que en el 2012 fuese detectada por primera vez en Cataluña, donde ya afecta a más de 40.000 ha, y en agosto del año pasado el Gobierno de Cantabria publicara una orden en la que establecía la delimitación de las zonas afectadas y las medidas inmediatas de control, las cuales a pesar de ser las establecidas por la Decisión UE 2006/464/CE, de 27 de junio de 2006, no son suficientes para frenar la propagación de la avispilla, y por tanto evitar una catástrofe ambiental y económica sin precedentes en un sector con tanto potencial económico como es el castaño.
El castaño, que actualmente ocupa una superficie superior a las 300.000 ha en nuestro país, es una de las especies cuyo aprovechamiento más recursos genera en las áreas donde está presente. La recogida y comercialización de la castaña es una de las actividades que más beneficio reporta a las zonas productoras para sus habitantes gracias a la venta del producto en fresco y a la importante industria transformadora dependiente del mismo, y que tanto empleo genera.
Por tanto, la pérdida de producción de castaña puede representar a nivel nacional no solo una pérdida ambiental y paisajística irreparable sino también la pérdida de puestos de trabajo y de generación de rentas en el medio rural de nuestro país, algo imperdonable en el estado actual de nuestra economía.
Medidas urgentes para defender este valioso recurso forestal
La Red Estatal del Castaño insiste en la urgente necesidad de adopción de medidas para no perder un tiempo precioso una vez que se declare la plaga. La experiencia acumulada en las regiones de Italia o Francia en los pasados años debe aprovecharse para minimizar las afecciones en España.
La inmediata puesta en marcha de las diferentes actuaciones que se pueden realizar para controlar la propagación de la plaga, si se realizan con celeridad tendrán un coste mucho menor que si se espera a la extensión a todas las zonas productoras, reduciendo igualmente la repercusión económica y los daños colaterales de su extensión.
El castaño, ya afectado por otras plagas y enfermedades, ha sufrido una importante regresión en las últimas décadas, por lo que esta nueva plaga puede suponer su puntilla final y hacernos perder este valioso recurso para las generaciones venideras.