Pueden servirse asadas, cocidas, dulces, crudas, como guarnición en platos de caza... las castañas son versátiles, sí, pero estos días la única forma de degustarlas es mediante un buen agosto. Sinónimo de confraternización en escuelas, en asociaciones y en locales de vecinos, los magostos también sirven para probar el vino casi recién cosechado y chorizos recién hechos, como no podía ser de otra forma en una comarca que puede presumir de honrar a la carne de cerdo. Desde ayer y durante todo el fin de semana, el olor a castaña asada invadirá la atmósfera festiva.
La tremenda sequía que soportó la comarca hasta bien entrado octubre mermó la cosecha de castañas. Pero no las ganas de los vecinos de disfrutar de uno de los más exquisitos manjares de otoño, que no puede degustarse sino es acompañado del vino nuevo y, por supuesto, chorizos asados. Primero fue la sequía, y en las últimas jornadas las intensas lluvias parecen empeñarse en que cada vez se celebren menos aquellos tradicionales magostos al aire libre, en el que las castañas se asaban sobre frouma y, tras el festín, pequeños y mayores se pintaban cara y manos con las brasas.
Aunque han cambiado, los magostos siguen manteniendo su significado de fiesta colectiva, como si fuese la versión de invierno de la noche de San Juan. Si durante el pasado fin de semana muchos colegios y asociaciones se rindieron a la castaña asada y a sus múltiples variedades, en el presente la comarca se convierte en una vorágine de magostos, al igual que muchos concellos vecinos de Ourense que, por cierto, el lunes festeja a su patrono, San Martín, que incluso tiene refranes propios -'Polo San Martiño, deixa a auga e bebe o viño' es uno de ellos.
Así, la asociación Adellís, en Silleda, festejó su cuarto Magosto Concerto, con el bar Recanto como escenario y con una exposición fotográfica de Luis Blanco en torno a los XII Encontros de Música Tradicional en Carboeiro. Sin salir de Silleda, el centro cultural Vista Alegre, en A Bandeira, convidó a castañas asadas, bolos preñados, vino y postres especiales, además de a buena música. Hubo tiempo, también, para celebrar su quinto concurso de postres de otoño, una más que buena iniciativa para dar ideas a todos los amantes de la cocina sana y creativa. El de ayer fue, sin lugar a dudas, un día ajetreado para esta asociación, puesto que también comenzó un nuevo curso de pintura.
Está claro que el magosto es para pasárselo como un niño. Y así lo han hecho los escolares del Sagrado Corazón, que desde media mañana disfrutaron de esta fiesta tan arraigada en el calendario popular. Desde Piloño, los alumnos del CEIP Cerdeiriñas conmemoraron el magosto y el Samaín, la fiesta celta que cierra la temporada de cosechas. Además de participar en cuatro talleres de cocina, maquillaje, juegos populares y biblioteca, montaron una exposición con las calabazas que decoraron los chavales con motivos referentes a la agricultura familiar.