01.08.2013 Lugo Silvia Pena. Siga al autor en 0 Alibós Galicia es uno de los cuatro principales proveedores de este fruto seco en España. La castaña constituye un producto de éxito en China y Japón, en donde se utiliza para todo tipo de variedades gastronómicas, como pasteles o cremas, una fama de la que no goza en el mercado español. Esta oportunidad es la que motivó al propietario de Alibós Galicia, Jesús Quinta, a realizar una inversión anual de más de un millón de euros con la que acondicionó su factoría de Monterroso (Lugo) e instaló el túnel más grande del mundo de nitrógeno líquido para congelar 7.000 kilos cada hora. Quinta afirma que lo más difícil de la castaña 'es pelarla'. La evolución ha sido enorme y si a finales de los años 80 eran necesarias 300 personas para pelar 40 toneladas diarias de castaña, los avances tecnológicos de los que se ha dotado han conseguido que 90 efectivos sean capaces de alcanzar las 70 toneladas en un solo día. La empresa comenzó su actividad en el año 1968 con el aprovechamiento de productos silvestres y naturales, como las setas o las fresas del bosque. A finales de los 80, la compañía centró sus esfuerzos en la exportación de castaña congelada ante la elevada demanda de los países asiáticos, EE. UU., Francia, Suiza o Bélgica. En 2012 la producción de la planta superó las 3.800 toneladas de castaña industrial, aunque hubo años de 5.000 toneladas, cifras que convierten a Alibós Galicia en uno de los cuatro principales suministradores de esta materia prima de Europa. El propietario de la empresa achaca el descenso de la producción al abandono del campo y al envejecimiento de los productores y apunta a un problema de abastecimiento que impide la entrada en nuevos mercados internacionales. El 90% de la producción de castaña pelada y congelada de la planta se destina al extranjero procedente de plantaciones gallegas, extremeñas o portuguesas. La campaña de recogida se extiende desde septiembre hasta enero, período en el que la planta da trabajo a más de 120 empleados. El resto del año el número de efectivos se mantiene en los 20. Reciben el producto en sus instalaciones de Monterroso donde lo calibran y lo pelan retirando sus dos cáscaras y seleccionando el fruto por su calidad para luego congelarlas y venderlas a industrias o grandes distribuidores, un proceso en el que, como apunta Quinta, el fruto 'mantiene todo su sabor, textura y color'. En 2012 la facturación superó los 7 millones de euros. El trabajo de Jesús Quinta ha contribuido a conseguir la distinción de Indicación Geográfica Protegida para la castaña de Galicia, así como el compromiso de las administraciones para recuperar parte del souto gallego y obtener una castaña autóctona de calidad y capaz de reactivar su consumo a nivel nacional. Sólo en la provincia de Lugo ya se han plantado 225 nuevas hectáreas que empezarán a producir en ocho años. La alimentación a base de castañas data de la época de los romanos, aunque en el siglo XVI se vio relegada en favor de dos de los productos que llegaron de América: la patata y el maíz. Los nuevos frutos serán recogidos y tratados de manera profesional y mecanizada y podrán responder a la demanda derivada de la revalorización de los productos artesanos y de su utilización en la alta cocina. Entre otras distinciones, Alibós Galicia está certificada según el estándar BRC, uno de los más importantes sellos de calidad, reconocido en las industrias alimentarias de todo el mundo y por el protocolo IFS Food.
Castañas para cocinar en tres continentes,Directivos.-Economía y empresa Expansión.com
01.08.2013 Lugo Silvia Pena. Expansión.com
Alibós Galicia es uno de los cuatro principales proveedores de este fruto seco en España.
La castaña constituye un producto de éxito en China y Japón, en donde se utiliza para todo tipo de variedades gastronómicas, como pasteles o cremas, una fama de la que no goza en el mercado español. Esta oportunidad es la que motivó al propietario de Alibós Galicia, Jesús Quinta, a realizar una inversión anual de más de un millón de euros con la que acondicionó su factoría de Monterroso (Lugo) e instaló el túnel más grande del mundo de nitrógeno líquido para congelar 7.000 kilos cada hora. Quinta afirma que lo más difícil de la castaña 'es pelarla'. La evolución ha sido enorme y si a finales de los años 80 eran necesarias 300 personas para pelar 40 toneladas diarias de castaña, los avances tecnológicos de los que se ha dotado han conseguido que 90 efectivos sean capaces de alcanzar las 70 toneladas en un solo día. La empresa comenzó su actividad en el año 1968 con el aprovechamiento de productos silvestres y naturales, como las setas o las fresas del bosque. A finales de los 80, la compañía centró sus esfuerzos en la exportación de castaña congelada ante la elevada demanda de los países asiáticos, EE. UU., Francia, Suiza o Bélgica. En 2012 la producción de la planta superó las 3.800 toneladas de castaña industrial, aunque hubo años de 5.000 toneladas, cifras que convierten a Alibós Galicia en uno de los cuatro principales suministradores de esta materia prima de Europa. El propietario de la empresa achaca el descenso de la producción al abandono del campo y al envejecimiento de los productores y apunta a un problema de abastecimiento que impide la entrada en nuevos mercados internacionales. El 90% de la producción de castaña pelada y congelada de la planta se destina al extranjero procedente de plantaciones gallegas, extremeñas o portuguesas. La campaña de recogida se extiende desde septiembre hasta enero, período en el que la planta da trabajo a más de 120 empleados. El resto del año el número de efectivos se mantiene en los 20. Reciben el producto en sus instalaciones de Monterroso donde lo calibran y lo pelan retirando sus dos cáscaras y seleccionando el fruto por su calidad para luego congelarlas y venderlas a industrias o grandes distribuidores, un proceso en el que, como apunta Quinta, el fruto 'mantiene todo su sabor, textura y color'. En 2012 la facturación superó los 7 millones de euros. El trabajo de Jesús Quinta ha contribuido a conseguir la distinción de Indicación Geográfica Protegida para la castaña de Galicia, así como el compromiso de las administraciones para recuperar parte del souto gallego y obtener una castaña autóctona de calidad y capaz de reactivar su consumo a nivel nacional. Sólo en la provincia de Lugo ya se han plantado 225 nuevas hectáreas que empezarán a producir en ocho años. La alimentación a base de castañas data de la época de los romanos, aunque en el siglo XVI se vio relegada en favor de dos de los productos que llegaron de América: la patata y el maíz. Los nuevos frutos serán recogidos y tratados de manera profesional y mecanizada y podrán responder a la demanda derivada de la revalorización de los productos artesanos y de su utilización en la alta cocina. Entre otras distinciones, Alibós Galicia está certificada según el estándar BRC, uno de los más importantes sellos de calidad, reconocido en las industrias alimentarias de todo el mundo y por el protocolo IFS Food.
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