18/11/2012 - Francisco García / El Progreso (Lugo)
La mitad de las 69.300 hectáreas de castaños que hay en Galicia, principal productora nacional de este fruto, está en la provincia de Lugo, pero este gran potencial económico no está siendo explotado y el volumen de castañas que se aprovecha comercialmente es mínimo.
El secretario de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Castaña de Galicia, Manuel Vilariño, destaca que «una plantación de diez hectáreas de castaños puede obtener anualmente una rentabilidad de 6.000 euros por hectárea, lo que supone unos 60.000 euros al año, una cantidad con la que puede vivir toda una familia». En este sentido, el potencial económico de la explotación de soutos supera la condición de complemento de cualquier otra actividad agrícola o ganadera, convirtiéndose por sí misma en una alternativa económica y laboral para el medio rural.
El proyecto Soutos permite acondicionar 225 hectáreas
La Diputación de Lugo firmó en el 2010 un convenio con la empresa monterrosina Alibós para potenciar la producción y comercialización de castañas. El proxecto Soutos, pionero en España y que finaliza este año, ha permitido la recuperación de castañares y la creación de nuevas plantaciones ya preparadas para la explotación industrial. En total, se han acondicionado 225 hectáreas en siete municipios de la provincia: Antas de Ulla, Palas de Rei, Guntín, Taboada, Cervantes, O Courel y Chantada.
De calmar el hambre a deleitar paladares exquisitos
Existen vestigios de la castaña como producto de alimentación desde el Paleolítico. Desde la prehistoria, el castaño ha acompañado a la historia de la humanidad, destacando una época de esplendor en España durante el dominio romano. Ya entonces se consumían asadas, crudas, secas o en harina, formando parte de la dieta todo el año.
La fábrica de castañas Alibós de Monterroso tiene su origen en Arotz, una empresa creada por la multinacional Ebro Puleva en 1968, dedicada a la transformación y comercialización de castañas, frambuesas, setas y otros productos silvestres.
En 2006, Jesús Quintá adquirió la empresa y se centró, fundamentalmente, en las castañas, pero sin olvidar las setas silvestres y las frambuesas.
La indicación xeográfica protexida (IXP) Castaña de Galicia tiene entre sus objetivos prioritarios profesionalizar el sector, como hicieron hace años con el vitivinícola, y alcanzar el nivel de desarrollo que se encuentra en otros países europeos como Portugal, Francia o Italia, «que nos llevan entre 20 y 30 años de ventaja», mantiene el presidente de este sello de calidad, Jesús Quintá, propietario de la fábrica de castañas Alibós, ubicada en Monterroso.
La IXP fue autorizada por la Xunta en febrero del 2009, pero su actividad real no se inició hasta el 2010, y como ocurrió con otros sellos de calidad lucense, su implantación no fue inmediata, ya que se precisa tiempo para darse a conocer entre los potenciales productores y transformadores.