Los miembros de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Senado apoyaron ayer, prácticamente de forma unánime, la inclusión de las superficies destinadas al cultivo de castaña dentro de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) como ya lo están otros cultivos frutales. De esta forma, los productores tendrían acceso a una línea de subvenciones concedida por la Unión Europea que posibilitaría el ansiado desarrollo de un sector de gran implantación en la comarca berciana pero que permanece estancando en el pasado.
Con 23 votos a favor y una sola abstención —la del senador de Convergència i Unió (CiU)— salió adelante la moción presentada por el Grupo Parlamentario Popular y defendida en la Cámara Alta por la senadora berciana Silvia Franco. «Con esto instamos al Gobierno para que dentro de la negociación de la nueva PAC que se está llevando a cabo ahora se incluya el cultivo de castaña como superficie elegible», expresó Franco, explicando que sería una solución eficaz a los constantes retos a los que se tiene que enfrentar la castañicultura.
Entre las trabas, una muy importante —explicó la parlamentaria berciana— «es la competencia de la castaña china. Por eso es fundamental que este cultivo pueda optar a las ayudas. Hay que promover la castaña europea». Y para conseguirlo, España trabaja en la misma línea que Francia, otra destacada zona productora dentro del mapa comunitario. El camino no es sencillo, pero Franco está convencida de que el enorme potencial de este fruto acabará con la marginación a la que está siendo sometido. «Corregiremos así una injusticia obvia y contribuiremos a garantizar el deseado desarrollo sostenible en las zonas rurales de montaña», apuntó.
Sin perjuicio a otro cultivo
Lo que sí quiso dejar claro Silvia Franco en su defensa del sector de la castañicultura es que la inclusión de su cultivo en las ayudas europeas de la PAC no supone perjuicio alguno para otros productos que ya están contemplados entre los receptores de subvención.
«Las ayudas de la PAC se calcularán por número de hectáreas y no dependen del tipo de cultivo. Lo que va a contar son los derechos que tenga un agricultor por hectárea. Éste va a poder cultivar lo que quiera», apuntó la senadora.
El Senado ya ha hecho lo que podía hacer y sólo queda esperar que su apuesta sea aceptada también por la UE. De ser así, el paso para el sector sería gigante, pues si bien ahora puede acceder a ayudas de la Organización Común de Mercados (OCM) —totalmente compatibles con la PAC— para promover la asociación de productores, la comercialización o la mejora de la calidad; éstas son insuficientes.
Rechazo de enmiendas
Lo que sí rechazó el Senado fueron las dos enmiendas presentadas por el Grupo Parlamentario Socialista para añadir a la moción en apoyo a la castañicultura del Grupo Popular —que consideraron incompleta— la realización de campañas de promoción de la castaña y el apoyo a las cooperativas. «Las rechazamos porque tampoco añaden nada nuevo. Son acciones que ya se están realizando a través de diferentes líneas de ayudas, incluso del propio Ministerio de Agricultura», explicó Silvia Franco.