21.08.12 -
00:43 -
elcomercio.es
RAQUEL RODRÍGUEZ |
GIJÓN.
Una sentencia de muerte. Así definen las seis castañeras que hay en Gijón los nuevos requisitos que les exige el Ayuntamiento para abrir sus puestos de castañas con la llegada del otoño. Un aval bancario y cotizar a la Seguridad Social como autónomos son algunas de ellas. «Nos quieren tratar como si fuéramos unos grandes empresarios cuando solo vendemos cuatro castañas», se queja Berta González, portavoz del colectivo. Ellas, de momento, se han puesto manos a la obra para parar los planes municipales y han salido a la calle para explicar a los gijoneses su situación y recoger firmas en su apoyo: «Si siguen con sus planes harán de la castaña un negocio acabado».
Todas ellas han heredado sus puestos de padres y abuelos y defienden que no viven de ellos, sino que los utilizan para sacarse unos euros extra: «No somos una cafetería o un bar. Si llueve, venta o hace frío ni abrimos. ¿Cómo vamos a declarar cero euros?», se queja Berta, quien afirma que solo vende castañas para ayudar un poco a la economía familiar.
La mala noticia les llegó a las castañeras en la reunión que tuvieron en mayo con las autoridades municipales. Las citaron «para hablar de una mejora de sus condiciones». La sorpresa saltó cuando la mejora consistía en informarlas de los nuevos requisitos que tendrían que cumplir para abrir su pequeño negocio: «En los 28 años que llevamos en Gijón hemos pagado una licencia de apertura -en el último, 280 euros-, pero esto que nos piden es imposible...».
A la izquierda, imagen de la mesa en la calle Corrida donde las castañeras recogen firmas. A la derecha, un puesto de castañas. :: TPA / PAÑEDA
«No sé quién tendrá interés»
Ellas admiten estar dispuestas a realizar algunas concesiones, como la remodelación de las casetas o contratar un seguro de responsabilidad civil, «siempre que los ingresos den para ello», pero otras, como la de darse de alta como autónomas, son «inviables». En la reunión que tienen en quince días con el concejal Pedro Barbillo expondrán su postura. Eso sí, van con poca esperanza: «No parecía que tuvieran muchas ganas de negociar. Quieren sacar los puestos a subasta. No sé quién tendrá interés en ellos...».
De momento, lo seguro es que antes del 17 de septiembre tienen que hacer firme la solicitud para abrir su puesto en el puente del Pilar como lo llevan haciendo toda la vida. Esta vez solo la solicitud les costará 150 euros. «Hay gente en paro que no puede pagar eso», concluye Berta.