2011-12-14 lacapital.com.mx
Agencias
Tarjeta de presentación del otoño, las castañas son el preludio de la llegada de la Navidad. Con su presencia acude a nosotros un pensamiento, y es que comienza el peligro para nuestra figura que, con esfuerzo, hemos intentado mantener durante el verano. Sin embargo, las castañas son los frutos secos menos calóricos y que tienen menos grasa.
En su composición encontramos un 50% de agua, Hidratos de Carbono, mucha fibra y tan sólo un poco de azúcar. El resultado es un sabroso fruto seco con casi nada de calorías, apenas unas 165 calorías por cien gramos. Este índice aumenta ligeramente si nos gusta comerlas asadas, en este caso, las calorías suben hasta 340. Aun así, la energía que aporta la castaña siempre será la mitad que la que tienen otros frutos secos, como por ejemplo, las avellanas o las almendras.
La castaña es un alimento apto para celíacos, ya que no contienen gluten, y además, les aporta como positivo su poder depurativo.
Saciantes y ligeras, no obstante, las castañas nos garantizan una salud de hierro, y es que contienen: Vitamina: B3, vitamina E, y es fuente de minerales como el Fósforo, el Magnesio, el Calcio, el Potasio, y el Hierro. Además contienen Acido Fólico y Antioxidantes.
Los nutricionistas recomiendan consumir castañas para combatir el estrés y la depresión, pues es tónico y reconstituyente, además de mejorar nuestra dieta si sufrimos de anemia. También es bueno para los deportistas porque ayuda al organismo a recuperarse del desgaste físico.
La castaña es un alimento especialmente interesante para las mujeres embarazadas, pues ayuda a la buena formación del feto, y posteriormente, su consumo prolongado favorece a la lactancia.
Además de ser un considerado un alimento anticancerígeno, este producto tan apreciado en estas fechas de noviembre, es antiinflamatorio. También constituye un aliado para las personas que padecen de varices o de próstata. Las castañas previenen los problemas cardiovasculares y degenerativos, mejora el tránsito intestinal y son buenas para la memoria.
No sólo se pueden tener virtudes, y la castaña esconde algunos “defectillos”. Aunque son muy sanas y nutritivas, las castañas, comidas en exceso, pueden ser algo indigestas y causar flatulencias. Por eso, los expertos, añaden que lo mejor es comerlas frescas y siempre con moderación.
El árbol del castaño, es originario de Ponto Euxino, en Asia Menor, se fue extendiendo a Europa desde el siglo V, que es cuando llegaron a Grecia. En el siglo X haría su entrada en Roma, España y Francia.
Las castañas pueden consumirse secas, asadas, hervidas, en forma de harina o conservadas en azúcar, como las famosas “marrón glacé”.
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