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Ya llegan los olores otoñales

Los días estivales acaban y los característicos puestos de castañas vuelven a las calles municipalesl recetas Muchos vecinos convierten al fruto seco en el ingrediente base de cremas, potajes, purés y pasteles.

Publicado: 18/09/2011
M. C. Estévez / Algeciras | Actualizado 18.09.2011 - 10:59

Los días cada vez son más cortos, hay menos horas de sol, las hojas empiezan a tintarse de amarillo y las castañas caen de los árboles. La próxima semana comenzará el otoño, pero las calles de los municipios ya dejan los olores y sabores de la época.

Paseando por las localidades, los lugareños respiran el peculiar olor a castaña asada, tan característica de los últimos meses del año. Algunos vecinos cambian las bolsas de pipas y la procesión a las terrazas y los cucuruchos de helado por los que envuelven las castañas, pero todavía son pocos los que se animan. Para muchos vecinos la indecisión entre tomar algo fresco o degustar las primeras castañas de la temporada les aboca a una gran indecisión.
zoom Los puestos de castañas vuelven a las calles de los municipios campogibraltareños.


Con apariencia veraniega, chanclas, pantalones cortos y abanico en mano los ciudadanos desfilan a la vera de las ascuas para conseguir un cartucho de castañas. Pero no deben dejarse guiar por las apariencias porque el veranillo de San Miguel espera a la vuelta de la esquina y, como suele ser habitual, llevará a más de uno a los escaparates de las heladerías.

Si hay un personaje típico de la cultura popular y la gastronomía otoñal es el castañero. Deben soportar el calor de los últimos días de verano con el fuego del puesto donde tuesta los frutos secos.

Las castañas comienzan a secundar en las calles de la comarca, pero también se pueden comprar en los mercados que, poco a poco, abandonan las colores vivos de las sandías, melocotones y melones por los tonos cálidos.

Pero antes de llegar a los puestos deben viajar desde zonas ajenas a la comarca como Ubrique o Ronda. Una coraza de espinas protege entre dos y ocho piezas que llenan los sacos para su transporte hasta el Campo de Gibraltar. Un pequeño corte y a la sartén.

Dentro de poco se convertirá en el elemento base de potajes, cremas y purés. También adquieren forma de harina, con ella se puede preparar pan, pasteles y pasta. Los recursos son variados y en muchos hogares aprecian sus valores nutritivos y la potencialidad de su sabor.

Su verdadero origen aún no ha quedado al descubierto. Los trazos históricos hacen sospechar que los romanos lo utilizaban para dar de comer a las tropas del ejército y los caballos. Otra leyenda cuenta que los soldados griegos sobrevivieron durante un tiempo a base de las castañas que se encontraban por el camino.



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