Manuales técnicos

El Castaño. Manual de Buenas prácticas

3. ECOLOGÍA DEL CASTAÑO.

El castaño europeo pertenece a la especie Castanea sativa Mill., y es un árbol de tipo mediterráneo. En las zonas donde se cultiva siempre aparece asociado al hombre, ya que este ha influido en su propagación a lo largo de los siglos. En la actualidad, salvo las masas de castaño forestal, la relación con el hombre sigue siendo importante tanto para su conservación como para su desaparición.

3.1. El clima.

El castaño es una frondosa considerada de clima templado - frío, pues soporta temperaturas bastante bajas. Soporta mal las temperaturas muy altas y los períodos secos largos, por eso va desplazándose desde las laderas más soleadas a determinada altitud hasta las zonas más frescas a medida que va descendiendo en altitud. Las heladas, sobre todo las tardías de primavera o las precoces de otoño, así como las nieblas persistentes en esos periodos, afectan tanto a los brotes jóvenes como al fruto.

Es una especie exigente en cuanto a humedad y requiere un régimen de lluvias entre 400 - 900 mm anuales y a ser posible uniformemente distribuidas a lo largo del año. Es importante la humedad de final de verano, agosto-septiembre, que es el periodo en el cual los frutos se desarrollan más.

El agua en el suelo puede ser un factor limitante en suelos poco profundos por producirse asfixia radicular. La sequía pertinaz también le afecta. Un buen desarrollo requiere que la reserva útil del agua en el suelo no sea inferior a 100 mm. Soporta mejor las zonas húmedas que las áridas y es sensible a la sequía durante los primeros años de su establecimiento.

En las zonas de latitudes bajas prefiere vertientes orientadas al N, NO, NE., mientras que en latitudes más altas prefiere las vertientes orientadas al S, SE y SO. Soporta bien el viento pero es menos vigoroso en las zonas muy ventosas.

 

3.2. El suelo.

Aunque el castaño es una planta que se adapta bastante bien a una gran cantidad de suelos, prefiere suelos ligeros, con la tasa de arcilla poco elevada para evitar encharcamientos, y profundos, entre 40-60 cm. de suelo penetrable por las raíces.

No se desarrolla en suelos calizos, aunque tolera los calizos descalcificados y muy lavados. El límite de tolerancia a la cal se sitúa alrededor del 4%. El pH del suelo debe ser ácido aunque puede variar entre 4 y 7. El pH ideal se sitúa entre 5,5 y 6.

Las condiciones que debe reunir el suelo son las siguientes: debe ser fresco, es decir, con un cierto grado de humedad todo el año, bien drenado, que no se encharque, profundo con el fin de favorecer el potente sistema radicular del árbol, con un alto contenido de materia orgánica y sobre todo ligeramente ácido. Los suelos que más se acerquen a estas características serán los mejores para su implantación.


Estación

0-1.500 m altitud

Latitudes bajas

Latitudes altas

orientación N, NO, NE

orientación S, SO, SE




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