Manuales técnicos

El Castaño. Manual de Buenas prácticas

2. SITUACIÓN DEL CASTAÑO EN EL MONUMENTO NATURAL DE LAS MÉDULAS.

EL CASTAÑO EN EL MONUMENTO NATURAL DE LAS MÉDULAS

La inclusión de Las Médulas en la lista del Patrimonio de la Humanidad en 1997 supuso, por primera vez en España, el reconocimiento de un Paisaje Cultural. Las Médulas también han sido protegidas como Espacio Natural, siendo declaradas en el año 2002 Monumento Natural.
Constituyeron la mayor explotación de oro romana de la Península pero, a parte del interés arqueológico que suscitan los restos de estas ruinas romanas, Las Médulas no tendrían el encanto paisajístico del que hoy gozan sin la presencia de la vegetación que las rodea y que confiere una belleza característica a todos sus rincones en especial la presencia del castaño, árbol de poderosa presencia y de antigua raigambre en el que se asientan también tradiciones ancestrales.

Abandonada la explotación del oro en el siglo III, la vegetación autóctona fue adueñándose del lugar: robles, escobas, carqueixas, encinas y carrascas. A la vez se consolidó el cultivo del castaño, del que hoy pueden verse numerosos ejemplares, algunos de ellos catalogados como árboles centenarios. Así se ha formado un entorno de indudable belleza paisajística formado por las caprichosas formas rojizas del terreno perfectamente integradas en una vegetación característica en la que el castaño destaca como uno de los elementos más importantes.

Hasta no hace mucho se consideraba al castaño como especie foránea introducida por los romanos en este territorio para aprovechar sus cualidades. Procedente de Oriente Próximo, llegó a Grecia unos 500 años antes de nuestra Era y posteriormente fue cultivado por los romanos por el resto de Europa, llegando a España en el siglo I.

Investigaciones recientes han hallado restos de carbón de castaño en cuevas prehistóricas y polen de diversas épocas. Esta evidencia no impide suponer que la presencia del castaño en la Península mermó como consecuencia de las plagas y otros cambios climatológicos. La especie (Castanea sativa Miller.) se fue retirando a zonas más favorables, siendo reintroducida por los romanos que la utilizaban como una fuente de alimentación importante para la población de los numerosos castros que rodean la zona.
Casi todas las partes del castaño son ricas en taninos, por lo que se emplearon desde muy antiguo para curtir pieles y como medicina popular para combatir la astenia, la desmineralización, la diarrea, la faringitis y la esterilidad. La madera del castaño es duradera y fácil de trabajar, se emplea para fabricar duelas de toneles, en carpintería y para revestimientos y postes. Sin embargo es poco apropiada para quemar. En la actualidad, dado que la demanda de madera ha bajado de forma considerable, en El Bierzo en general y en Las Médulas en particular, se sigue apreciando al castaño por su semilla, que tradicionalmente ha servido para preservar del hambre a las poblaciones que forman parte del entorno del Espacio Natural de Las Médulas. La castaña siempre se ha utilizado tanto en alimentación animal como para consumo humano. Como la ganadería ha ido disminuyendo en esta zona hasta desaparecer casi por completo, hoy día se utiliza prácticamente sólo para consumo humano gracias a sus cualidades nutritivas, siendo cada vez más apreciada por un mercado cada vez más numeroso, sobre todo desde que la castaña ha dejado de ser un producto estacional gracias a la transformación para convertirse en un producto alimentario de calidad.
La mayor parte de los castañares del Monumento Natural de Las Médulas forman sotos que se concentran alrededor de los pueblos donde su cultivo es posible gracias fundamentalmente a las condiciones climatológicas y del suelo. Es una frondosa de gran belleza alrededor de la cual ha ido surgiendo desde muy antiguo toda una cultura que no debería perderse.
El entorno rural de Las Médulas ha ido despoblándose muy rápidamente en las últimas décadas. Los que quedan son gente mayor que apenas pueden realizar las pesadas labores del campo. Eso ha llevado consigo a un abandono paulatino de los castañares que han empezado a envejecer y a degradarse a base de no recibir ningún tipo de cuidados o muy pocos con lo que las producciones han disminuido de forma significativa.
Ese abandono y envejecimiento, se une a la aparición de dos enfermedades importantes producidas por hongos, como son la tinta y el chancro, que se propagan a gran velocidad, están diezmando la población de castaños, hasta el punto de que en el Monumento Natural de Las Médulas corren el peligro de desaparecer por completo. En este momento la más importante por su incidencia es la enfermedad del chancro que se transmite muy rápidamente provocando gran mortandad entre los castaños y el desaliento entre los castañicultores que quedan que no saben como controlarla.
Por el contrario, el mercado sigue apreciando en su justa medida el valor de la castaña y por eso año tras año se incrementa la demanda. Ante la escasez creciente, los precios han aumentado hasta el punto de ser hoy día un cultivo muy rentable cuando se gestiona de forma adecuada y un apoyo firme e importante para el desarrollo rural de las poblaciones en las que se encuentra.
Estas circunstancias están llevando a plantearse nuevamente el cuidado de los castaños. Hace falta aplicar nuevas tecnologías de cultivo para recuperar aquellos que están abandonados o han envejecido en los últimos años, encontrar estrategias válidas de tratamientos frente a las enfermedades que les aquejan y que tanto daño están haciendo en los sotos de castaños y sobre todo plantear nuevas plantaciones que puedan en un futuro próximo potenciar la producción de castañas de la zona.

 



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