En el caso del castaño, el problema es que, aunque los gastos de cultivo son mínimos, no es una fuente de ingresos ni principal ni secundaria, sino un complemento a la economía familiar en la mayoría de los casos. En algunas regiones esta tendencia está empezando a cambiar y poco a poco el valor económico producido por el castaño va adquiriendo mayor importancia en la economía de la familia hasta convertirse incluso en la fuente de ingresos principal. Este es un proceso que debe ampliarse a más regiones porque la situación del mercado lo permite.
Resolver los problemas que plantea la comercialización no es fácil porque, a parte de la situación de mercado, hay que jugar también con un componente humano que muchas veces no dispone de la formación suficiente para tomar las decisiones más apropiadas para defender el producto desde el punto de vista económico. Esto hace que haya tanta diferencia entre el precio que perciben los productores y el que tienen que pagar los consumidores.
15.1. Medidas de cara al mercado.
El principio del proceso está en la producción. En ese sentido deben mejorarse las condiciones de producción aplicando las técnicas de cultivo adecuadas, y ello supone adquirir la cualificación profesional que lo permita.
Ventajas derivadas de estas medidas:
Mejora económica de los productores.
Creación de empleo.
Mejora de las producciones (calidad).
Creación y aprovechamiento de un valor añadido al producto.
Mayor competitividad ante el mercado.
Convertir el castaño en fuente de desarrollo local y de fijación de población rural.
Potenciación de un tejido productivo endógeno.
Pérdida de dependencia de los intermediarios.
Posibilidad de asociar estas producciones a otras complementarias también endógenas.