11. Enfermedades
Las enfermedades más importantes que afectan al castaño están originadas por hongos (enfermedades criptogámicas). Algunos de estos hongos afectan a la parte viva de la planta causando las enfermedades propiamente dichas, que la debilitan y pueden matarla, mientras que otros afectan a la madera ocasionando podredumbres que suelen actuar más lentamente, pero el resultado final puede ser el mismo que en el caso anterior.
11.1. La enfermedad de la tinta
Es producida por el hongo Ficomiceto Oomical de la familia de los Peronosporaceos Phytophthora cinnamomi Rands, y Ph. cambivora (Petri) Buissman. Afecta a las raíces y se transmite a través del suelo a partir de esporas infectivas.
11.1.1. Características del hongo.
Se trata de un hongo telúrico que se encuentra normalmente viviendo como semisaprofita en el suelo sobre partículas de materia orgánica a unos 20 -
A la hora de conocer la enfermedad de la tinta debe tenerse en cuenta cual es el mecanismo de invasión utilizado por el parásito para penetrar dentro de la planta. El inóculo infectivo puede provenir de plantas infectadas o puede encontrarse en el suelo.
Se propone el esquema general de una estrategia de defensa del castaño frente a la tinta. Ese inóculo que puede desarrollarse como saprofito puede cambiar de hábitos y transformarse en un parásito para la planta provocando los síntomas de la enfermedad. Hay algunos factores que pueden ser los desencadenantes de este cambio.
En muchos casos este inóculo del suelo se encuentra en forma inactiva y requiere determinados estímulos externos para reiniciar su actividad. Hay algunos exudados liberados por las raíces que pueden estimular la germinación de las esporas del suelo. También puede haber alguna sustancia específica que determine la infección de este hongo.
Otras veces la estimulación de la infección puede ser producida por la ausencia de sustancias fungiestáticas en el suelo.
Las condiciones ambientales pueden tener un efecto indirecto sobre la penetración del patógeno al influir sobre la producción de exudados de la planta.
La presencia de materia orgánica en el suelo (estiércol) influye negativamente en el desarrollo del parásito. También se han observado fenómenos de competencia en el suelo con la microflora que se encuentra en las proximidades de las raíces. Hay una relación entre la presencia de materia orgánica y la riqueza de microorganismos edáficos, de manera que esta correspondencia puede explicar los dos efectos.
En su desarrollo no parece influir ni la naturaleza del terreno, ya que aparece en tipos de suelos variados, ni las variaciones de pH. En cambio, las temperaturas frías propias del invierno inhiben temporalmente su desarrollo, mientras que las temperaturas suaves y calurosas estimulan su actividad. Por este motivo, parece ser más frecuente en las zonas bajas que en las altas.
11.1.2. Forma de infección.
Otro aspecto del comportamiento del patógeno antes de la penetración es la dirección del crecimiento del tubo germinativo. Ese crecimiento no ocurre al azar sino que es producido por quimiotaxis. La zona más vulnerable de las raíces son los pelos absorbentes, ya que sus barreras mecánicas son mucho más débiles que en el resto de la raíz y es por ahí por donde se produce la infección.
La propagación se produce por contacto a través de esporas (clamidosporas y zoosporas), que son células reproductoras móviles de gran resistencia a las condiciones adversas y que germinan originando un nuevo hongo con capacidad de infección cuando las condiciones se vuelven favorables. La fuente de contaminación principal es la planta enferma y el suelo, siendo el agua de lluvia el vector más importante de transmisión de la enfermedad hacia las plantas sanas.
Comienza atacando al sistema radical periférico (que es más tierno) y a partir de él evoluciona hacia el cuello de la raíz. Mientras éste no se ve afectado, el castaño sigue produciendo nuevas raicillas que sustituyen a las dañadas y sintetiza una serie de sustancias para oponerse a la invasión. De esta forma se puede incrementar en varios años la vida de los árboles enfermos. Si la infección se produce cerca del tronco, el árbol muere en poco tiempo porque afecta antes al cuello de la raíz.
11.1.3. Síntomas
Cuando una planta es atacada se pueden detectar una serie de síntomas:
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Cambios de coloración y amarilleamiento de las hojas que pierden su porte erguido, para caer lacias, y dejar aparecer los grupos de erizos terminales de las ramas.
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Decaimiento general de la planta.
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Las ramas y los brotes terminales van muriendo como consecuencia de la progresiva falta de raíces. La planta comienza a secarse de arriba hacia abajo, empezando por las partes más alejadas de las raíces.
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Si las ramas mueren durante el período de actividad vegetativa las hojas quedan prendidas al árbol y no se desprenden en el otoño.
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Los frutos de los árboles enfermos van perdiendo tamaño y calidad. Los erizos se abren antes de madurar las castañas. La últimas cosechas producen una gran cantidad de frutos sin valor.
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Los árboles afectados se descortezan con facilidad y, en la base de la planta, puede observarse sobre la madera unas coloraciones oscuras características con los bordes dentados hacia arriba.
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11.1.4. Acciones específicas de lucha
Las acciones a emprender dependen en gran medida del estado de la plantación o del árbol en particular. Se aplican árbol a árbol y esto supone un problema en la práctica, ya que las plantaciones no están estructuradas generalmente como tales, habiendo asociados árboles en un mismo lugar pertenecientes a diversos dueños.
En nuevas plantaciones es importante hacer un seguimiento y control de los árboles para evitar infecciones de tinta.
El primer método es el más importante porque resulta más fácil de llevar a la práctica y es más económico. Para ello se considera prioritaria una acción formativa de los castañicultores que les permita comprender los ciclos biológicos de los hongos patógenos y su forma de propagación, de manera que sea más fácil controlar su difusión.
El segundo método permite llevar a la práctica algunos métodos de contención cuando los árboles se encuentran ya infectados.
De todas formas se pueden compatibilizar los dos métodos de manera que, aún en las zonas en las que haya infección, pueda contenerse y evitar que siga su dispersión a nuevos árboles al mismo tiempo que se tratan los árboles que ya se encuentran afectados.
11.2. La enfermedad del chancro
Es producida por el hongo Cryphonectria parasitica (Murr) Barr. Afecta a la parte aérea de la planta y se transmite muy rápidamente, a través del aire, a partir de esporas infectivas.
11.2.1. Características
El hongo no dispone de la maquinaria enzimática necesaria para poder superar la barrera que forma la corteza de la planta, por lo que para poder infectarla necesita encontrar alguna vía de entrada.
Su micelio resiste el frío y la desecación. Dentro de la planta se desarrolla en el interior de la corteza y del cambium por lo que termina matando a la rama afectada o a toda la planta si la infección está ubicada en el tronco del árbol.
La reproducción se hace a través de esporas de dos tipos:
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Ascosporas asexuadas
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Conidios sexuados
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Detalle: cirros de formación de esporas
Actúa como organismo semisaprofito, que puede vivir sobre materia orgánica en descomposición o sobre plantas vivas.
Cuando las condiciones ambientales son favorables la espora da lugar al micelio que penetra dentro de la planta por algún tipo de abertura: poros, picaduras, heridas, rozamientos entre ramas…
La planta desarrolla su propio sistema de protección basado en la confección de barreras físicas y barreras químicas que intentan impedir el desarrollo y el avance del organismo patógeno.
11.2.2. Síntomas
Cuando una planta es atacada se pueden detectar una serie de síntomas:
Tanto en el tronco como en las ramas aparecen unas manchas de color pardo-amarillento de contornos irregulares.
Más adelante sobre estas manchas aparecen una serie de grietas en la corteza, siempre en sentido longitudinal o paralelo al eje de la rama o del tronco.
En sus inmediaciones pueden formarse unas pequeñas pústulas de color rojo anaranjado que son las encargadas de formar y dispersar las esporas.
Si la rama muere durante el periodo vegetativo, las hojas muertas no se caen sino que quedan prendidas en las mismas pudiéndose ver muy fácilmente las infecciones durante este periodo.
Si se levanta la corteza de las zonas afectadas aparecen en su parte inferior, o en la superior de la madera puesta al descubierto, las masas de micelio de apariencia afieltrada con un color amarillento característico y una disposición en forma de abanicos.
Aunque la espora posee nutrientes para su supervivencia, también son importantes las sustancias nutritivas que se encuentran en la superficie de la planta o de alguna lesión en la que la espora haya podido caer.
Para que la infección se lleve a cabo, el inóculo debe penetrar dentro de la planta. Esto no ocurre si la planta no tiene ningún punto de entrada (lesión, rozadura, picadura de insecto, corte de poda, desgajamiento, etc.). Por tanto, gran parte de ese inóculo infectivo no va a desarrollarse.
Los dos factores ambientales que más influyen en la penetración en el interior de la planta son: la humedad y la temperatura.
Temperatura. Es característica para cada tipo de hongo y marca el rango, más o menos amplio, por encima o por debajo del cual la germinación no tiene lugar.
Cuanto más se alejen las condiciones ambientales de las óptimas de desarrollo del hongo, menor y más lenta será la infección.
Otro factor a tener en cuenta en el proceso infeccioso es el de la inhibición. Ese factor puede determinar que la estructura infecciosa no se desarrolle. Ese proceso de inhibición puede ser producido por dos causas: la planta y los microorganismos.
La planta, además de las barreras físicas normales, puede secretar sustancias que impiden el desarrollo del organismo patógeno. Esas sustancias pueden estar presentes en la planta (inhibidores constitutivos) o ser secretadas ante la presencia del patógeno (inhibidores inducidos). No se presentan en todas las plantas sino solamente en algunas, confiriendo una cierta resistencia a las plantas que las presentan.
Los microorganismos presentes en el medio pueden competir con el patógeno (antagonistas), incluso parasitarle a su vez ocasionándole la muerte, transformando la forma patógena en otra inocua. Este tipo de acción se ha observado en el caso de las cepas hipovirulentas.
11.2.3. Acciones específicas de lucha
El planteamiento de las estrategias que se proponen pasa por un cuidado integral de la planta, es decir, cuidar todo lo relacionado con el cultivo (labores culturales sobre todo) para conseguir plantas sanas que estén en mejores condiciones de enfrentarse con los problemas fitosanitarios.
El manejo permite dificultar al máximo la propagación de las enfermedades y por tanto se centra en la prevención, dejando las actuaciones concretas contra la enfermedad para cuando han fallado los métodos preventivos.
Este es un sistema interesante de abordar. La situación requiere una formación previa de los castañicultores para llevarlo a cabo, pero los resultados merecen la pena. Una vez más se hace realidad la máxima de que es preferible (y más barato) prevenir que curar. Las medidas de control deben aplicarse conjuntamente con las preventivas en las zonas o en los árboles en los que ya está establecida la infección.