El castaño

Una breve descripción.

El castaño

El castaño es un árbol de gran longevidad (varios cientos de años) y de alto porte que puede alcanzar con facilidad los 25 m. de altura, con una copa amplia, redondeada y tupida. En los cultivados el tronco es corto, muy grueso y con gran cantidad de ramas. En los silvestres el tronco es más esbelto y con menos cantidad de ramas.

1. El crecimiento 

Es rápido dependiendo de las condiciones geográfico-climáticas en las que se desarrolla y dura aproximadamente hasta que el árbol ha cumplido los 80 ó 90 años. A partir de ese momento cesa de crecer. Durante ese período de tiempo produce abundantes brotes de raíz que normalmente se eliminan para evitar que el árbol pierda vigor. También varía el crecimiento según lo haga aislado o integrado en formaciones más o menos cerradas o en brotes de cepas cortadas a nivel del suelo dando origen a los tallares.

El tronco tiende a ahuecarse con el tiempo, sobre todo en aquellos árboles que han sufrido podas de grandes ramas o han sido mal realizadas, hasta el punto de encontrar en ocasiones solamente carcasas que sustentan una exigua copa. El ahuecamiento del tronco es provocado de forma natural por hongos parásitos (Phytopthora, Corineum, Dipodinia,…) que producen pudriciones de abajo a arriba, de las raíces al tronco.

Pero normalmente el ahuecamiento es ocasionado por el hombre al utilizar técnicas de poda deficientes que provocan grandes heridas en las que posteriormente se asientan los hongos pudridores y se origina de arriba hacia abajo. Estos ahuecamientos tanto naturales como inducidos, desde el punto de vista fitosanitario debilitan al árbol y desde el punto de vista económico hacen que el castaño pierda rentabilidad.

Otra característica que posee el castaño durante la mayor parte de su vida es la capacidad de brotar de cepa. El corte a nivel del suelo estimula el desarrollo de renuevos vigorosos que permiten a la explotación tallar en rotaciones de 20-30 años. El corte a nivel del suelo se hace al principio del reposo invernal porque las raíces tienen mayor cantidad de reservas nutritivas.

Los árboles de fruto poseen el fuste muy grueso, mientras que los de madera tienen el fuste más estilizado. En los árboles jóvenes la corteza es lisa y de color verdoso a grisáceo, mientras que en los árboles viejos aparecen grietas abundantes y profundas y se vuelve de un color ceniciento a pardo.

2. La raíz

El castaño posee un sistema radical bien desarrollado, no muy profundo, pero si extendido. Tiende a hacerse superficial buscando la parte del suelo más aireada y donde en condiciones normales se encuentran la mayor parte de los nutrientes.

Esta característica es importante tenerla en cuenta a la hora de realizar labores del suelo, labrando superficialmente (10-15 cm.) para no dañar las raíces superficiales alrededor de los castaños. Tampoco es aconsejable realizar quemas en el suelo para la limpieza de arbustos y material de desecho de la cosecha anterior, ya que las altas temperaturas pueden afectar a las raíces y sobre todo afectan a los microorganismos del suelo.

La raíz desempeña tres funciones importantes:

  • Absorción de nutrientes.
    Anclaje al suelo.
    Acopio de sustancias de reserva.

El cuello de la raíz es la parte más sensible y delicada del castaño. Es la zona que une la parte aérea de la planta con la parte subterránea y que conserva con el tiempo la capacidad de rebrotar.

Si se quitan los brotes de cepa debe hacerse con cuidado de no dañar esa zona delicada del árbol y en otoño porque, durante el período vegetativo, producen alimento que se va a acumular en las raíces de forma de sustancias de reserva.

La raíz primaria se denomina también pivotante y tiene una situación central. Cuando se va a poner un plantón en el suelo es conveniente cortar la raíz pivotante para favorecer el desarrollo de raíces secundarias y mejorar el enraizamiento.

Las raíces crecen gracias a que tienen unas yemas de crecimiento. En ellas se da la dominancia apical, es decir, la yema principal inhibe el crecimiento de las secundarias. Esa influencia disminuye con la distancia de la yema apical a las yemas secundarias. Cuando desaparece la yema apical comienza el desarrollo de yemas secundarias que darán lugar a nuevas raíces.

Por eso, cortar la raíz pivotante nos asegura la formación de un sistema radicular más denso y por tanto se mejora la adaptación de la planta al suelo. La preparación del suelo condiciona el desarrollo radicular y la futura sanidad del árbol porque favorece:

· La aireación

· La retención del agua

· La vida microbiana

La mayor parte de la cabellera radicular se distribuye cerca de la superficie porque allí hay:

· Más agua

· Más materia orgánica

· Mejor aireación

3. Relaciones raíz - parte aérea

Las raíces y la copa de una planta son muy diferentes. En primer lugar porque realizan funciones distintas; en segundo lugar porque se desarrollan en medios tan diferentes en cuanto composición y estabilidad como son el suelo y el medio aéreo; en tercer lugar porque el crecimiento de la parte aérea y de la parte radicular no se corresponden exactamente durante el período vegetativo.

La copa (parte aérea) comienza a desarrollarse en primavera y cesa en otoño. Las raíces en cambio pueden desarrollarse, y de hecho lo hacen, aunque más moderadamente, también durante el invierno. Ese es el motivo de que las plantaciones se realicen normalmente en otoño. La planta cambia de medio y tiene que adaptarse. El crecimiento de invierno prepara a la planta para rebrote primaveral porque la raíz se ha ido adaptando al nuevo cambio. Además se beneficia de las lluvias propias del período invernal. Solamente paralizan su funcionamiento durante los períodos muy fríos cuando la temperatura del suelo es muy baja. La plantación en primavera puede llevar consigo la sequía de la planta porque las raíces no son capaces de funcionar correctamente.

De la raíz se busca la capacidad de adaptación a las condiciones cambiantes del suelo. En cambio con la copa lo que se busca es normalmente la capacidad para fabricar alimentos y almacenarlos en forma de sustancias de reserva (producción de fruta). Por eso, en un castaño las raíces pueden ser una variedad y la copa de otra diferente.

Sin embargo, a pesar de todas estas diferencias importantes, guardan una estrecha relación entre sí. Hay una relación entre el volumen de la copa y el volumen de las raíces. Normalmente se dice que las raíces ocupan una superficie que se corresponde con la proyección de la copa sobre el suelo. Esta relación es variable pero nos puede servir como indicativa.

Otra relación es que el mal funcionamiento de las raíces muchas veces se manifiesta en la copa. Si las raíces trabajan bien o mal la copa puede disponer, o no, de la savia necesaria para trabajar y a la inversa. Una acción sobre las raíces tiene su incidencia sobre la copa y a la inversa. Si realizamos una poda severa, o parte de la copa es afectada por una enfermedad, por ejemplo, se verán afectadas las raíces. La planta se verá obligada a desprenderse de parte de las raíces. Si por el contrario las raíces son afectadas por una enfermedad (tinta, por ejemplo), la planta se verá obligada a desprenderse de parte de la copa (algunas ramas de la copa se secan). Normalmente se desprende primero de aquellas ramas que se encuentran más alejadas de las raíces, como son las más altas.

Los posibles problemas que se presenten en las raíces no se pueden observar directamente porque las raíces no están a la vista. Por eso, cuando se observa alguna anomalía en la copa puede pensarse en que hay posibles problemas en las raíces o en el suelo.

Por tanto, es necesario conocer la importancia de las relaciones entre estas dos partes de la planta y tenerlas en cuenta a la hora de trabajar con ella.

4. El tronco y las ramas

Constituyen el armazón o estructura del árbol y le dan una configuración especial. Su estructura muchas veces va a depender de  la situación. Eso debe tenerse en cuenta a la hora de hacer la plantación. El árbol aislado tiene tendencia a aplanarse y a desarrollar numerosas ramas bajas. No hay competencia. En cambio en formación de bosque se elevará al máximo en busca de luz. Las ramas bajas desaparecerán por falta de luz. Se establece una competencia por la luz y el aire. 

Por tanto, debe dejarse espacio suficiente para evitar competencias y permitir al árbol adquirir una estructura determinada. Ese espacio ha de ser mayor cuando la plantación se encuentra en pendiente. Las ramas crecen a partir de la yema terminar durante el período vegetativo y al final del mismo dejan de crecer hasta la primavera siguiente. Al emplazamiento de una yema Terminal sigue una cicatriz periódica que constituye el límite de crecimiento entre un año y el siguiente.

En las ramas, el crecimiento se produce de igual manera que en las raíces mediante dominancia apical. La yema terminal segrega una hormona que limita el crecimiento de yemas o ramas situadas debajo. Su influencia disminuye con la distancia. La eliminación de la yema terminal permite a las yemas más cercanas desarrollarse.

En la poda se observa fácilmente. Este fenómeno es el origen de la aparición de chupones. La realización de cortes próximos a una rama llamada tirasavia evita la aparición masiva de supones al entrar en acción la yema terminal del tirasavia. Las sustancias de reserva acumuladas en los tallos y el tronco sirven de fuente de energía para la brotación de la primavera siguiente.

5. Las hojas

Las hojas son grandes, de 3 a 5 cm. de anchura y de 10 a 20 cm. de longitud, simples, caducas, con pecíolo corto. Aparecen alternas a lo largo de las ramas, de forma lanceolada y borde fuertemente aserrado con dientes agudos que son prolongación de los nervios. Éstos aparecen en posición pinnada y más prominentes por la cara inferior. El color varía de tonalidad entre el haz y el envés, siendo el primero de color verde intenso, mientras que el segundo es de un color verde grisáceo.

El período de foliación suele producirse desde finales de abril hasta mediados de junio dependiendo de la variedad y la situación geográficas. La caída de la hoja se produce a finales de noviembre o antes si hay heladas. A veces sucede que las hojas quedan prendidas durante parte del invierno, como en otras plantas, por ejemplo el roble.

6. Las flores

Es una planta monoica, con flores unisexuales masculinas y femeninas separadas pero en la misma planta.

Las flores masculinas nacen en las axilas de las hojas en forma de largos amentos erectos de color amarillento, formados por grupos de flores que salen de una bráctea lateral. Cada una está formada por un cáliz de 5 ó 6 piezas y numerosos estambres largos. Las flores femeninas aparecen situadas en la base de las inflorescencias masculinas en grupos de 3 a 5 dentro de un mismo involucro, de consistencia coriácea y espinosa (el erizo) y formadas por un cáliz de 5 a 8 lóbulos y varios estilos que sobresalen del mismo.

La floración se produce entre los meses de mayo junio. Una vez liberado el polen de las flores masculina, las femeninas mantienen su receptividad durante 3-4 semanas. La polinización se produce principalmente por el viento y por los insectos. Por eso el mayor o menor grado de polinización depende de las condiciones climáticas. Favorecen el proceso las temperaturas cálidas y lo dificultan el exceso  de humedad que disminuye el área de dispersión debido al aumento de peso del polen. La polinización autoincompatible hace necesaria la presencia de plantas polinizadoras para mejorar las producciones.

7. Los frutos

La cúpula o erizo es primero verde, luego amarillenta con espinas largas y presentan dimensiones variadas. Lo normal es que sean pequeños en los árboles bravos destinados a madera y más grandes en los árboles de fruta. Se producen en brotes del año situados en la parte terminal de las ramas.

Cuando maduran, se abren por medio de cuatro valvas para liberar las castañas que se alojan en su interior. El color de las castañas, aunque difiere de unas variedades a otras, es pardo rojizo brillante. Contienen una sola semilla rodeada de una cubierta de color pardo-amarillento. Según el número de castañas que hay dentro del erizo y el tamaño de éste, son más o menos globosas o aplanadas y más o menos grandes. Normalmente siempre hay una castaña de tamaño grande y otras dos más pequeñas, pero pueden darse otros casos.

La base del fruto presenta una cicatriz placentaria, que es el lugar por el que se une al erizo. Es de dimensiones variables y puede llevar cierta pelosidad. En el lado opuesto quedan los restos de los estigmas secos de la flor femenina. La maduración se produce de forma gradual de septiembre a noviembre.