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CCN valora positivamente que el almendro y el castaño queden fuera de la ley de especies invasoras

Publicado: 09/08/2013

Canarias

El Centro Canario Nacionalista, CCN, a través de su Secretario Federal Alfonso López, valora muy positivamente que en el nuevo Catálogo español de especies exóticas invasoras, publicado en el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, se hayan excluido especies propias en Canarias, dejando final y definitivamente fuera del mismo tanto al almendro como el castaño.

No podemos olvidar que el almendro, Prunus dulcis, es una especie con gran arraigo en los municipios gran canarios de Tejeda, San Bartolomé y Valsequillo así como en la Isla de La Palma, cultivándose desde hace tres o cuatro siglos y conviviendo perfectamente con las especies endémicas.

El castaño, Castanea Sativa Mill, ocurre algo similar, y es de presencia relevante en Tenerife, Gran Canaria, La Palma, Lanzarote y La Gomera, dándose ya el apunte histórico y referencia al mismo en nuestras islas por parte de José de Viera y Clavijo tanto en su “Historia de Canarias” como en su “Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias” .

Es por ello que el dirigente centrista solicita de igual modo al Gobierno central esfuerzo, rigurosidad científica y respeto al secular arraigo cultural en nuestro Archipiélago de floras endémicas, a la hora de revisar el Catálogo, que el pasado 3 de agosto entró en vigor, para evitar situaciones no previstas y similares a la del almendro y el castaño, ya que en el mismo se incluyen nuevas especies exóticas invasoras en Canarias y cuyo efecto medio ambiental si se erradican es necesario valorar, como son la Acacia, el Matoespuma, el Madroño, la Caña silvestre,  el Amuelle, el Algodón de Seda,  la Hierba de San Jorge, el Helecho acebo,  la Retama negra, la Amapola de California, la Pitera abierta, la Campanilla morada, el Aromo blanco, el Mato azul, la Flechilla, el Quicuyo, el Pasto de elefante, la Palmera datilera, el Tartaguero, la Retama de olor y el Tojo.

En esta tierra fecunda y rica, hace más de quinientos años, las manos y el trabajo de nuestros antepasados sembraron cultivos y árboles que se han ido extendiendo con el paso del tiempo como siete ramas en nuestras siete islas y es por ello que debemos salvaguardar el legado que implica tantas horas de trabajo del campo a lo largo de los siglos, así como preservar nuestros recursos fitogenéticos para la agricultura y la alimentación, concluye Alfonso López.




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